La Eurozona está formada por el conjunto de países de la Unión Europea que han adoptado el euro como moneda oficial, formándose así la unión monetaria de los mismos, en la actualidad esta compuesto por 19 miembros. La autoridad económica y política reside en el Eurogrupo y la Comisión Europea. El Banco Central Europeo es la entidad responsable de la política monetaria de los estados miembros.
La economía de la Eurozona está sufriendo un proceso de desaceleración constante desde el tercer trimestre de 2017, cuando su producción creció un 2´8% en términos interanuales.
La perdida de la velocidad ha llevado a que la expansión de PIB se modere hasta el 1´6%, en el tercer trimestre de 2018, que es causada por ciertos factores temporales que ya duran demasiado. Según algunos economistas de Bank of America Merryll Lynch, el crecimiento del bloque caerá en 2019 un 1´1% y la inflación hasta un 1%. La Eurozona tendrá que hacer frente a un euro más fuerte, una demanda global más débil y una política global que estará dominada por la incertidumbre.
De cumplirse estas predicciones para este 2019, la economía europea se expandirá a un ritmo muy lento reflejando valores casi idénticos a los que ya tuvimos en el año 2011.
Desde la Gran Recesión, el sector exterior de la Eurozona ha ido ganando fuerza, con los recientes superávits comerciales del bloque. El bloque presenta una gran dependencia de la demanda mundial, frente a otras economías como la estadounidense que dependen más de la demanda domestica.
Algunos economistas ya estiman que la incertidumbre existente en las políticas comerciales ya esta afectando al crecimiento de la Eurozona.
La debilidad de la demanda externa afectaría con mayor intensidad a los países cuyas economías están más orientadas a la exportación, como es el caso de Alemania. En el caso de Alemania si la economía China sufriese más de lo esperado sus bienes y servicios su resentirían
Con todo esto el Bank of America Merryll Lynch, ha revisado el crecimiento de la Eurozona desde un 1´4% hasta el 1´1%. Los menores precios del petróleo, un euro más fuerte y una actividad económica más débil de lo esperada lastrarán el crecimiento de los precios. Estas previsiones se encuentran por debajo del consenso que vaticinan un crecimiento del 1´5% y una inflación del 1´5 también para 2019.
Por Miguel Rodríguez Cayetano
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